Nit de Sant Joan
Esta noche, la más corta del año, celebramos en nuestro hemisferio norte el solsticio de verano. El Sol paró en su recorrido y deberemos implorarle que siga su tránsito con hogueras y pirotecnia. Una noche de magia, fuego y esperanza .
El culto al sol es el origen de esta fiesta con alto contenido esotérico. El astro rey vuelve a brillar con toda su intensidad mostrándose en su punto más alto tras el frío invierno.
En sus orígenes, la fiesta era un ritual a la diosa griega Litha (diosa de la fecundidad, del amor y la prosperidad). Más tarde la iglesia cristiana, que no veía con buenos ojos este tipo de celebraciones paganas, intentó sustituirla
sin éxito, por otra religiosa que fue asignada a San Juan Bautista. Por lo tanto, se celebran dos fiestas en una, por un lado la profana que corresponde a la llegada de la nueva estación, y cuya fecha era el 21 de junio y la cristiana, en
honor al Santo.
Santa Isabel, madre de San Juan Bautista, encendió una hoguera para avisar a la Virgen María que acudiese en su ayuda durante el parto (nótese que estaba a punto de parir...). San Juan Bautista nació justo en el punto de la medianoche, siendo el único Santo del que se conmemora su nacimiento y no su muerte.
La fiesta pagana tiene como protagonistas el fuego y el agua. El rito al fuego se realiza a través de hogueras, la gente baila a alrededor o salta sobre ellas con el fin de alejar las enfermedades y atraer la fertilidad. A su vez, el fuego, como purificador, tiene la misión de alejar los seres malignos del más allá que utilizan los solsticios y equinoccios como puertas para entrar en nuestra esfera Durante esta mágica noche el agua del mar, del rocío y de las fuentes adquieren unas supuestas virtudes especiales, por lo que bailar alrededor de un pozo o fuente en el sentido del recorrido del sol y poner los pies en el mar tiene también connotaciones sanadoras, de ahí las fiestas que cada año se realizan esa noche en las playas de Barcelona, y supongo de otros sitios, de forma natural y espontanea guiados por el inconsciente pagano y que la policía del pensamiento único intenta reventar cada año pre-criminalizadas convenientemente por la prensa desde un par de días antes. El coco de la rave, el moderno sabbath, que impide a los buenos barceloneses disfrutar de sus playas El-Dia-Despues.
El culto al sol es el origen de esta fiesta con alto contenido esotérico. El astro rey vuelve a brillar con toda su intensidad mostrándose en su punto más alto tras el frío invierno.
En sus orígenes, la fiesta era un ritual a la diosa griega Litha (diosa de la fecundidad, del amor y la prosperidad). Más tarde la iglesia cristiana, que no veía con buenos ojos este tipo de celebraciones paganas, intentó sustituirla
sin éxito, por otra religiosa que fue asignada a San Juan Bautista. Por lo tanto, se celebran dos fiestas en una, por un lado la profana que corresponde a la llegada de la nueva estación, y cuya fecha era el 21 de junio y la cristiana, en
honor al Santo.
Santa Isabel, madre de San Juan Bautista, encendió una hoguera para avisar a la Virgen María que acudiese en su ayuda durante el parto (nótese que estaba a punto de parir...). San Juan Bautista nació justo en el punto de la medianoche, siendo el único Santo del que se conmemora su nacimiento y no su muerte.
La fiesta pagana tiene como protagonistas el fuego y el agua. El rito al fuego se realiza a través de hogueras, la gente baila a alrededor o salta sobre ellas con el fin de alejar las enfermedades y atraer la fertilidad. A su vez, el fuego, como purificador, tiene la misión de alejar los seres malignos del más allá que utilizan los solsticios y equinoccios como puertas para entrar en nuestra esfera Durante esta mágica noche el agua del mar, del rocío y de las fuentes adquieren unas supuestas virtudes especiales, por lo que bailar alrededor de un pozo o fuente en el sentido del recorrido del sol y poner los pies en el mar tiene también connotaciones sanadoras, de ahí las fiestas que cada año se realizan esa noche en las playas de Barcelona, y supongo de otros sitios, de forma natural y espontanea guiados por el inconsciente pagano y que la policía del pensamiento único intenta reventar cada año pre-criminalizadas convenientemente por la prensa desde un par de días antes. El coco de la rave, el moderno sabbath, que impide a los buenos barceloneses disfrutar de sus playas El-Dia-Despues.
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