
Las ciudadades han dejado de ser el escenario pasivo de la convivencia urbana, ya que el creciente uso de la telefonía móvil permite obtener en tiempo real datos de las telecomunicaciones, su localización e intensidad: el resultado es una tecnología que combina los datos de los operadores con la cartografía local para fabricar un mapa inédito de la vida cotidiana que es útil en la lucha contra el terrorismo y facilita nuevos elementos de decisión e inspiración para teóricos urbanistas, arquitectos y artistas.
Por Vanessa Marsh en
La Flecha.
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