Copian una llave a partir de una radiografía

Todo comenzó cuando Arthur Richardson, oriundo de Denver, EEUU, quiso jugarle una broma a su amigo Andrew Allen, y se metió en la boca la única copia de la llave de su camioneta.
"Estaba jugando a que me la tragaba, cuando de repente sucedió", comentó Richardson, que, a pesar de intentar vomitarla o de tomar un laxante para evacuarla, no logró deshacerse de ella.
Al día siguiente, Allen acompañó a su amigo al hospital donde le sacaron una radiografía, y luego se dirigió a la cerrajería para pedir que, en base a llaves similares, le hicieran una nueva para que pudiera encender su camioneta.
Al enterarse de la historia, John Somers, el cerrajero local, le pidió a Allen que le mostrara la radiografía del estómago de su amigo, ya que "dependiendo de cómo esté la llave dentro del estómago, quizás sea posible hacer una copia".
Tras analizarla, se puso a trabajar y, en unos minutos, logró hacer dos llaves similares que podían llegar a funcionar.
Sin muchas expectativas, Allen probó la primera, y su camioneta arrancó sin problemas. Eso sí, Richardson deberá esperar al menos 3 días más hasta que la llave original recorra su sistema digestivo y abandone su cuerpo.
Ver noticia aquí.