Extraño error (?) de una paloma mensajera
La semana pasada, Gösta Schützer iba rumbo al garage de su casa, en Karlstad, Suecia, cuando se encontró con una paloma sentada en la puerta de la cochera.
Sin prestarle mucha atención, ingresó al garage y, luego de un rato, la paloma hizo lo mismo.
"Me seguía como un perro. Inclusive, cuando traté de hablarle, abrió su pico como intentando responderme", declaró Schützer.
Resulta que el pájaro, propiedad de Colin Allman, había asistido a una Conferencia de Palomas Mensajeras en la ciudad sueca de Malung, y de allí se suponía que tenía que regresar a la casa de Allman, ubicada en la calle "Tangenveien", de la ciudad noruega de Oslo.
Sin embargo, una tormenta alteró el desarrollo de la competencia, y los pájaros se vieron desorientados.
Si bien la paloma de Allman descendió en el país equivocado, lo hizo en una casa ubicada en la calle "Tångenvägen", una dirección practicamente idéntica a la de su casa en Noruega.
Elisabeth Myhrvold, esposa de Allman, dice que no puede creer que el pájaro sea capaz de leer y confundirse los nombres de las calles en noruego y sueco, aunque aclara que "uno nunca sabe...".
Ver noticiaaquí o aquí.
Sin prestarle mucha atención, ingresó al garage y, luego de un rato, la paloma hizo lo mismo.
"Me seguía como un perro. Inclusive, cuando traté de hablarle, abrió su pico como intentando responderme", declaró Schützer.
Resulta que el pájaro, propiedad de Colin Allman, había asistido a una Conferencia de Palomas Mensajeras en la ciudad sueca de Malung, y de allí se suponía que tenía que regresar a la casa de Allman, ubicada en la calle "Tangenveien", de la ciudad noruega de Oslo.
Sin embargo, una tormenta alteró el desarrollo de la competencia, y los pájaros se vieron desorientados.
Si bien la paloma de Allman descendió en el país equivocado, lo hizo en una casa ubicada en la calle "Tångenvägen", una dirección practicamente idéntica a la de su casa en Noruega.
Elisabeth Myhrvold, esposa de Allman, dice que no puede creer que el pájaro sea capaz de leer y confundirse los nombres de las calles en noruego y sueco, aunque aclara que "uno nunca sabe...".
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