Madre e hija vivían con más de un centenar de ratas en su apartamento

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Las ratas por Georg Trakl
En el patio de otoño blanca luce la luna.
La soledad habita en vacías ventanas,
y del tejado se desprende la penumbra.
Entonces aparecen, misteriosas, las ratas.
Ellas van, ellas vuelven, emitiendo silbidos,
un aroma de muerte que traen de las cloacas,
y blanca tiembla sobre los horribles detritos
la endeble luz de la luna, dibujando fantasmas.
Avidas chillan las ratas, grises demonios,
asaltando repletos graneros, limpia casa,
devoran trigo y fruta cual indómitos locos.
En lo oscuro, los gélidos vientos lloran y cantan.
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